¡EXIJO QUE DIMITAN!



Antes de empezar, quiero aclarar que esta es una carta redactada a título personal. No pretendo recoger las opiniones y juicios de otras personas.

Estimados señores:

Soy vallisoletana, residente en Madrid y autónoma. Y remarco estos tres puntos porque quiero que quede claro que he nacido en España, resido en España y pago mis impuestos puntualmente en España. Esto me convierte en accionista. Sí, en accionista de la Marca España.

Hasta donde yo tengo entendido, los accionistas son esas personas que ponen el dinero y nombran a los directores para que un negocio (una marca) les produzca una serie de beneficios que compensen el primer desembolso de capital.

También sé que son los que, se ponga la cosa como se ponga, salen ganando. Si el negocio triunfa se forran y si no es así, pues lo venden y  se invierte en otra cosa.

Pues bien, como accionista, no estoy conforme con el rendimiento que se está obteniendo con la Marca España.  

No quiero que se me devuelva mi capital, porque el negocio me gusta, creo en él y estoy convencida de que, bajo una buena dirección, podría obtener otros resultados diferentes mucho más satisfactorios para todos.

Lo que exijo, dada la posición preferente que ocupo, es la dimisión de los dirigentes que fueron nombrados para llevarla a buen puerto.

Los motivos que me impulsan a reclamar la dimisión del personal a cargo son:

-La malversación de fondos. (Estoy harta de escuchar hablar de sobres, cuentas en Suiza, pensiones compensatorias, sueldos desorbitados, primas y dietas y chanchullos varios.)

-La mala gestión de los recursos humanos. (No puedo creer que, de la noche a la mañana, se estén cerrando tantos departamentos de producción, ventas, transporte…, que se esté despidiendo a tanto personal y que se esté consintiendo que futura mano de obra cualificada y especializada se marche a la competencia, después de haber invertido en su formación. Sin personal que realice las tareas, ¿de qué va vivir la Marca España? Asimismo, considero innecesario el constante nombramiento de expertos y asesores, que además de realizarse bajo criterios de parentesco o amistad, no ofrece soluciones de ningún tipo.)

-La nefasta gestión del marketing a nivel internacional. (Las otras marcas nos miran con recelo, no terminan de fiarse de nuestras políticas corporativas y los dirigentes, en lugar de ayudar a solventarlo, echan más leña al fuego mostrando una imagen errónea y distorsionada de los accionistas/trabajadores. Tanto así, que las Olimpíadas de 2016 se van a Brasil y las de 2020 a Japón, por poner un par de ejemplos recientes.)

-La permisión de los intereses personales de algunos en detrimento de las necesidades de otros. (¿Por qué no se toman medidas ante los desahucios? ¿Por qué no se expropian las propiedades a los bancos para evitarlos?)

-La injustificable disminución de fondos de la organización para programas internos de vital importancia. (Como las pensiones por jubilación, viudedad, orfandad o discapacidad, las becas de ayuda a la formación tanto dentro de la propia Marca España, como para las destinadas a hacerlo fuera.)

-La reducción de derechos y privilegios de la plantilla a costa de cambios de política de carácter dictatorial, tiránico y despótico. (¿A qué viene negar la sanidad? ¿A qué reducir los recursos para el aprendizaje? ¿A qué el adoctrinamiento? ¿A qué prohibir el aborto? ¿Por qué aumentar las tasas judiciales o universitarias?)

-El incumplimiento de leyes internas sin motivo justificable. (¿Por qué religión católica obligatoria si la Marca España fue declarada aconfesional?)

-El exceso de miembros en el equipo directivo. (¿Por qué el número de personal en las oficinas dobla o triplica al de las funciones a realizar?)

-El uso inapropiado de los recursos de la Marca España. (Se han detectado abusos en las cuentas para gastos, en el uso de teléfonos y coches oficiales y un largo etc.)

Y como último punto, la causa y origen de todas las cuestiones anteriores:

-La baja productividad del equipo directivo. (Se ha comprobado que faltan a sus obligaciones, como por ejemplo, no asistiendo a reuniones en las que su presencia es exigida; cometen constantes faltas de respeto para con los accionistas/trabajadores de la Marca España ofreciéndoles información sesgada de la realidad de la empresa, obviando sus opiniones, criminalizando sus actuaciones y reprimiendo sus quejas; y no fomentan el espíritu de compañerismo y comunidad requerido para el buen funcionamiento del negocio, sino que provocan estados de miedo, tensión y ansiedad).

Cualquier otra empresa, contando con pruebas de una sola de todas estas acusaciones, no dudaría en despedir (e incluso llevar a juicio) al personal implicado. Por consiguiente, considero más que suficientes estos motivos como para, repito, exigir la dimisión inmediata e irrevocable de todos y cada uno de los miembros del equipo directivo.

Reciban un cordial saludo.

Atentamente,

Una accionista/trabajadora de la Marca España muy harta de que la tomen por tonta.

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