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Mostrando entradas de agosto, 2014

Gracias a Dios, no tengo 17 ahora

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Extraño aquellos años en los que mis mayores preocupaciones eran portarme bien en casa para que me aumentasen la hora del toque de queda y estudiar para aprobar y que no me castigasen bajándome la hora del toque de queda… Eran tiempos sencillos. Eran buenos tiempos. Por aquel entonces pasaba gran parte de mis períodos de ocio encerrada en mi habitación escuchando música. Como buena adolescente, ninguna del gusto de mis padres. Por supuesto, porque “esos espulga-perros” nunca iban a estar a la altura de los músicos buenos de verdad, cosa que ya entendería con los años. Y es verdad. Espulga-perros o no, ninguno está a la altura de “los grandes” que escuchaban mis padres. La mitad de los grupos cuyos discos me compré se han disuelto, y la otra mitad… Bueno, en su casa les conocen a la hora de comer. Como llevaba unos días agobiada por el verbo “pagar” (el alquiler, la cuota de la seguridad social, la luz, el agua…) me ha dado por retrotraerme a quince, diez años

A ti, que te hacen gracia las faltas de ortografía

Por deformación profesional, suelo alterarme bastante cuando me topo con faltas de ortografía. No puedo evitar pensar que lema.rae.es/drae  está al alcance de cualquiera y que, con una breve visitilla, se dejarían de cometer grandes atentados contra la lengua. Sin embargo, he de reconocer que mis cabreos también dependen mucho del lugar en el que me encuentre escrita la aberración de turno. No es lo mismo toparse con una be que usurpa el sitio de uve en un documento manuscrito de carácter privado, por ejemplo, una lista de la compra (*lababajillas); que encontrársela en uno mecanografiado de carácter público, por ejemplo, el cartel del supermercado que indica marca y precio (*Lababajillas Fairy 2, 70€). Hacen daño a los ojos por igual, sí, pero la gravedad es distinta. Nadie conoce a ciencia cierta la realidad de otras personas: ¿pudieron estudiar? ¿Se vieron obligados a dejar la escuela? ¿Cuántos años tenían cuando eso les ocurrió? Puede (y esto es un simple ejemp

Si te violan, será solo culpa tuya

No sé si habrá mujeres que se sientan más tranquilas después de leer las recomendaciones que ha hecho el Ministerio del Interior sobre las precauciones a tomar para evitar las violaciones, porque en lo que a mí respecta, me siento un tanto contrariada, por no decir que me han tocado “un mucho” las narices. ( http://www.interior.gob.es/web/servicios-al-ciudadano/seguridad/consejos-para-su-seguridad/prevencion-de-la-violaci%C3%B3n ) Si nos ponemos tiquismiquis, recomendaciones tales como (cito textualmente): “No haga auto-stop ni recoja en su coche a desconocidos”, pueden valer para cualquiera, ¿no? Digo, porque por el mundo no hay solo violadores, también hay ladrones y asesinos sueltos que pueden aprovechar la circunstancia para apoderarse de tu tarjeta de crédito, rebanarte el pescuezo y tirarte a la cuneta, seas hombre o mujer… Y si nos seguimos poniendo puntillosos, otros consejos como “ Tenga encendidas las luces de dos o más habitaciones para aparentar la presencia d