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Mostrando entradas de agosto, 2013

Ser una "zorrita"; la nueva forma de vivir la vida

Si aún no habéis oído hablar de las betches,  disculpadme por informaros al respecto:  http://smoda.elpais.com/articulos/la-betches-superficiales-y-orgullosas-de-serlo/3774 Si leéis el artículo, veréis que poco más se puede añadir. ¿Qué decir? Ni siquiera lo sé, porque siento una cantidad de emociones encontradas que me veo incapaz de expresar. ¿Vergüenza porque hay gente lucrándose de algo así, indignación porque no se puede hacer nada al respecto (ya que gozamos de libertad de expresión), lástima porque hay personas que se sienten identificadas, miedo porque este vaya a ser el patrón que rija a la juventud a partir de ahora? Cada generación, al llegar a la madurez, mira atrás y piensa que los jóvenes ya no son lo que eran, que han perdido el norte, que desperdician su vida, que son más inmaduros, más insensatos... Pero, al enterarse de algo así, ¿quién puede evitar pensar que la juventud de ahora está mucho más perdida e idiotizada que ninguna otra? Habrá quien diga que es al

Para los que intentan mirar por encima del hombro...

Los buenos modales me impiden hacer gala de la sarta de improperios que he sido capaz de reunir en mi cabeza como consecuencia de la suprema indignación que he alcanzado al observar a determinados individuos haciendo gala, justamente, de la actitud contraria. Como soy una señorita bien educada, me limitaré a expresar mi enfado, frustración, malestar y rabia apuntando solamente que la posesión de un título universitario no le da al hombre una mejor educación, sino un salario más alto al de la media cuando consigue un empleo.  Que contar con una carrera no implica pertenecer a un estatus superior al del resto de los mortales, sino a un gremio particular integrado por otros tantos millones de personas en todo el mundo.  Que haber posado para una orla solo sirve para adornar el salón de mamá y papá con los retratos de otras tantas personas con las que, muy posiblemente, no volverás a tratar en tu vida. Que un título firmado por el Rey y por el rector de una universidad, teng

Estamos encantados de conocernos

Hace años, las fotografías se hacían con cuidado y con esmero: una de las fiestas de Navidad, una del cumpleaños de la abuela, otra de las fiestas del pueblo... Porque, claro, las mediamos por carretes. Cuando llegaron las cámaras digitales nos desinhibimos y comenzamos a hacer fotos a destajo: cuarenta en Navidad, cincuenta en el cumpleaños de la abuela, cien en las fiestas del pueblo... Pero al aparecer las redes sociales se nos fue la pinza. Del todo. Ahora, como se cuelgan en las redes sociales... ¡Alegría! Dominio público: las navidades, los cumpleaños de la abuela, las fiestas del pueblo, las vacaciones... Antes, si alguien te decía "¡te voy a enseñar las fotos de mis vacaciones!", te acordabas de toda su familia (y no porque saliesen en las fotos). Ahora, como se cuelgan en las redes sociales, ¿ya no molesta? Puedo entender que alguien diga: "esta foto tan bonita de Los Picos de Europa, la voy a colgar". Pues bien, a lo mejor yo no he estado y, al v

Buscar consuelo para mantener la esperanza

Pocas entradas llevo aún como para empezar a repetirme, pero cuando se escribe para analizar las ideas propias, como yo hago, no puede evitarse si los pensamientos que se tienen son recurrentes. Por eso espero que, aquellos que leáis esto, sepáis disculparme. En la entrada anterior hablé sobre la irritación (o cabreo) que me produce el hecho de que pretendan embaucarnos con noticias edulcoradas para tergiversar la realidad que vivimos. De que me parece un insulto a la inteligencia de la población y falta de respeto hacia la colectividad. Y por eso, porque me siento ofendida, busco un consuelo en las palabras de aquellos que fueron o son más sabios de lo que yo seré jamás. Hay filósofos y teóricos para todos los gustos, de todas las nacionalidades y de todas las épocas. Sin embargo, (y puede que con esto esté dando demasiados datos sobre mi persona) no hay palabras que me llenen más, que me proporcionen más aliento, que las siguientes: "Lo sé, ha sido un error. No deberíamos

No me gusta que nos tomen por tontos

Todos los años, desde que empezó la crisis, nos la quieren colar. Como nos toman por idiotas y como el verano, con el calor, aplana a la gente durante las horas principales del día, pues aprovechan para contarnos "noticias" alegres. Por eso de mantenernos contentos en vacaciones. Vamos a ver. Por todos es sabido que España, para nuestros amigos europeos, es sinónimo de sol, playa, tinto de verano y paella, fiesta, discoteca y "ole, ole, ole". Cuando tienen quince días libres, se acercan a nuestras costas para torrarse en la arena y volver después a sus hogares con quemaduras de segundo grado y fotografías de borracheras indecentes... "El paro ha bajado en el segundo trimestre del año... Se han cubierto nosécuántos mil puestos de trabajo..." ¡Alegría! ¡Ya somos menos millones desempleados! ¡Qué bien! Hala, feliz verano. ¡Que no! ¡Que no nos chupamos el dedo! Que sabemos perfectamente que los que están trabajando ahora lo hacen porque en los chiringuit