Para los que intentan mirar por encima del hombro...

Los buenos modales me impiden hacer gala de la sarta de improperios que he sido capaz de reunir en mi cabeza como consecuencia de la suprema indignación que he alcanzado al observar a determinados individuos haciendo gala, justamente, de la actitud contraria.

Como soy una señorita bien educada, me limitaré a expresar mi enfado, frustración, malestar y rabia apuntando solamente que la posesión de un título universitario no le da al hombre una mejor educación, sino un salario más alto al de la media cuando consigue un empleo. 

Que contar con una carrera no implica pertenecer a un estatus superior al del resto de los mortales, sino a un gremio particular integrado por otros tantos millones de personas en todo el mundo. 

Que haber posado para una orla solo sirve para adornar el salón de mamá y papá con los retratos de otras tantas personas con las que, muy posiblemente, no volverás a tratar en tu vida.

Que un título firmado por el Rey y por el rector de una universidad, tenga esta el nombre que tenga, no acredita a nadie para creerse superior.

Y que, para mirar a los demás por encima del hombro, tendrías que crecer por lo menos diez centímetros más.




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