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Mostrando entradas de abril, 2016

A mis niños

Me miro al espejo y pienso “estoy igual que hace diez años”. Miro a vuestros padres a la cara y pienso “están igual que hace diez años”. Luego les miro a los brazos y me doy cuenta de que no. Porque ahí, hechos un pequeño rebujo de carne rosita, mocos y babas adorables, estáis vosotros, mirando con vuestros grandes ojos y deshaciéndonos el corazón a todos con vuestras sonrisas desdentadas. Yo no he tenido náuseas mañaneras, ni dolor de riñones; y mucho menos aún he sufrido fuertes contracciones (o desgarramientos) por traeros a este mundo. Yo simplemente me he limitado a esperar impaciente. Cuando me dijeron que estabais en camino me emocioné. Cuando vi vuestras ecografías (aunque era incapaz de localizaros) me emocioné. Cuando vi vuestras primeras fotografías me emocioné. Y cuando os sostuve en brazos por primera vez y todos (¡todos sin excepción!) me agarrasteis el dedo índice con vuestras pequeñas manitas de uñas requeteafiladas, me emocioné aún más. A vuestros padres