Gracias a Dios, no tengo 17 ahora



Extraño aquellos años en los que mis mayores preocupaciones eran portarme bien en casa para que me aumentasen la hora del toque de queda y estudiar para aprobar y que no me castigasen bajándome la hora del toque de queda…

Eran tiempos sencillos. Eran buenos tiempos.

Por aquel entonces pasaba gran parte de mis períodos de ocio encerrada en mi habitación escuchando música. Como buena adolescente, ninguna del gusto de mis padres. Por supuesto, porque “esos espulga-perros” nunca iban a estar a la altura de los músicos buenos de verdad, cosa que ya entendería con los años.

Y es verdad. Espulga-perros o no, ninguno está a la altura de “los grandes” que escuchaban mis padres.

La mitad de los grupos cuyos discos me compré se han disuelto, y la otra mitad… Bueno, en su casa les conocen a la hora de comer.

Como llevaba unos días agobiada por el verbo “pagar” (el alquiler, la cuota de la seguridad social, la luz, el agua…) me ha dado por retrotraerme a quince, diez años atrás, y he pensado que la mejor forma de hacerlo era comprobar si aún me sabía las letras de las canciones que tan fervientemente me estudié a partir de los libretos de las cassettes…

Y sí, aún me las sabía. Pero ha pasado algo que no me esperaba…

Me he encontrado en Youtube a Avril Lavigne vestida con una falda de cupcakes.

Reíros si queréis, pero para mí ha supuesto un duro golpe.

Ya sé que el pop no ha sido nunca el summun de nada porque se fabrica en cadena y después se adjudica al cantante que más beneficios obtendrá con la canción de turno, pero…

Asumí que Britney Spears pasase de la candidez...


 

....al despelote:




También que Beyoncé abandonase a Destiny’s Child...


...y la ropa:
 


 Que Shakira... 



...empezase a poner cara de marranona:




Y que Rihanna cruzase la delgada línea que separa el erotismo... 


 del porno:



Pero con esto, no puedo:



Gracias, Señor, por haberme traído a este mundo en 1987...

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