¿Dónde estabas tú el 11 de marzo?



Sonó el timbre para realizar el cambio de clase, como todos los días. Cuando el profesor de filosofía (¡filosofía!) se marchó del aula, los alumnos salimos al pasillo para aprovechar los cinco minutos de descanso charlando con compañeros de otras clases.

Recuerdo que al llegar al marco de la puerta una amiga se me acercó muy nerviosa; decía que acababa de llamar a su tía, pero que no le cogía el teléfono. Quería saber si su primo estaba bien, porque todos los días tenía que coger el tren…

No tenía ni idea de qué estaba diciendo. “¿Qué ha pasado?” le pregunté. Y me contestó que había estallado una bomba en un tren. No me lo creí: “¡Habrá descarrilado, nada más! ¡Que va a ser una bomba!”.

Al asomarme al pasillo vi un montón de grupos de chavales de 15, 16, 17 años compartiendo información: “Ha sido en Madrid… Sí, sí, en Atocha… Hace un rato… Han sido dos, no una… No, han sido más…”.

Volvió a sonar el timbre y tuvimos que sentarnos ante nuestras mesas para la siguiente clase. Pero nadie pensaba en eso. Todo el mundo tenía la cabeza en otra cosa, en otro sitio, en Madrid.

A la hora del recreo corrimos al bar de siempre pero no para almorzar, sino para ver las noticias. Ninguno nos lo podíamos pasar a creer.

Creo que la pregunta que más me rondó (y aún a día de hoy me sigue rondando) por la cabeza era (es) “¿por qué?”.

¿Por qué pasó? ¿Por qué allí? ¿Por qué a gente inocente? ¿Por qué los culpables pensaron que así conseguirían sus propósitos? ¿Por qué?

El 11 de marzo tenía 17 años; el 11 de marzo dejé de tenerlos.

Todo el peso del mundo cayó de golpe sobre mí, y el dolor que sentí por gente que ni tan siquiera conocía me hizo comprender muchas cosas que, aunque ahora parezcan obvias, en plena adolescencia, no lo eran.

El 11 de marzo maduré de golpe.

El 11 de marzo comencé a entender cómo funciona el mundo.

El 11 de marzo nos hicieron daño a todos.

Entradas populares de este blog

Tetas, tetas, tetas

Vivir en el infierno, o tener de vecinos a Homer Simpson y señora

Carta a una excompañera