Para ti, que quieres ser escritor (y por eso perdonarás esta entrada tan larga)

Para ti, que quieres ser escritor, voy a dirigir estas palabras. Sé que me arriesgo a ganar enemistades, pero mi mensaje está cargado de buena intención y quiero que sirva como consejo. No pretendo ofender, ni mucho menos, pero reconozco que algunas de mis afirmaciones pueden ser duras. Aun así, lo haré, porque con palabras dulces y camelos no se llega a ningún sitio, no se crece ni se aprende. Tan solo se alimentan falsas esperanzas.
Desde siempre has tenido ganas de escribir, te gusta imaginar tus propias historias, crear mundos y personajes, bautizarles y hacerles cobrar vida. Cuando te compraste el ordenador la tarea se volvió mucho más sencilla porque, ponerse a ello resultaba mucho más fácil: se puede borrar sin estropear el manuscrito, releer, se va corrigiendo la ortografía... Pero tener ganas, imaginación y un ordenador no es suficiente para ser escritor.
Por más que te apasione, y por más ansias de fama y lectores que tengas, has de pararte un instante a reflexionar sobre tus cualidades y las de tus composiciones. Para la mayoría de la gente, eso de que uno mismo es su peor crítico no sirve. Y mucho menos para una persona con alma de novelista. Una vez tienes concluida una narración, la ves y crees que es la repanocha.
En el 90% de los casos no lo es. ¿Por qué? ¿Cómo puedo saberlo? Muy sencillo. La pasión le puede a la paciencia, la emoción vence a la planificación y la inexperiencia al buen hacer. Por más que te guste, ¿te has parado a tomar clases de redacción, a leer un manual, una gramática? La finalidad de un escritor es conseguir lectores para sus obras, ¿cómo piensas conseguirlos si no dominas el lenguaje? ¿Si no sabes expresarte con claridad, quién va a entenderte?
Como digo, no tienes paciencia, dejas salir de tu interior todo cuanto te sugiere la imaginación sin meditarlo, valorarlo o sopesarlo. Todo lo das por bueno y lo incluyes, aunque no tenga relación alguna o importancia ninguna con el espíritu general de lo que estás narrando.
Tampoco planificas. No haces esquemas de lo que quieres contar, de cómo lo quieres contar, sobre qué emociones quieres despertar con cada párrafo o cada capítulo... Así te pasa, que entremezclas situaciones, adelantas información, te cargas la tensión del relato y aquello se transforma en una masa informe de letras.
Eres inexperto. Caes en los mismos errores una y otra vez porque, como buen artista, te ofende que cualquiera diga algo al respecto de tus composiciones. Y es natural, porque un autor quiere a su libro como una madre quiere a un hijo. Sin embargo, igual que las madres son incapaces de ver los pequeños defectos de sus criaturas, tú tampoco puedes.
Nadie nace con todas las respuestas. Por eso es humano equivocarse. Pero rectificar es de sabios. Y para rectificar necesitas saber dónde has errado. ¿Qué hay de malo en que un familiar, un amigo, un colega lea tu trabajo? Ellos te darán su más sincera opinión desde el cariño. Las agencias y las editoriales no.
Lo mejor que te puede pasar es que te respondan con un "gracias, pero no estamos interesados", "gracias, pero ya hemos cerrado el plan de este año"... o respuestas canonizadas similares. No van a tomarse en serio tu manuscrito, y ¿te mereces eso después de tanto esfuerzo? Nadie quiere ver sus ilusiones pisoteadas. Evitarlo está en tus manos.
Descubre cuáles son tus "vicios", tus puntos débiles y repararlos. Quizá, de tanto leer poetas románticos has adquirido un deje en la adjetivación que está pasado de moda y que, por ejemplo, no cuadra bien en una novela policíaca. O tal vez eres un fanático de un género que se ha puesto de moda en los últimos años y, sin darte cuenta, has mimetizado tu obra con la de un autor de best-sellers (pasa mucho, créeme).
¿A quién le gustaría que le dijesen que su estilo es pueril? ¿A quién que parece que ha plagiado a Dan Brown o a JK Rowling o George RR Martin? No creo que estés invirtiendo tu tiempo en recibir malas críticas. No consientas que nadie aplaste tus ganas de escribir.
Por favor, párate a pensar en ti mismo como escritor y en tus obras con una mirada muy crítica. Si concluyes que necesitas ayuda, búscala. En el mercado encontrarás cientos de obras publicadas que explican cómo escribir; La cocina de la escritura, de Cassany (http://libros.fnac.es/a203851/Daniel-Cassany-La-cocina-de-la-escritura), es muy bueno. O si lo prefieres, en Internet hallarás información sobre cientos de cursos; los de Cálamo y Cran son de los mejores (http://www.calamoycran.com/listado_cursos.php).

Espero haber sido de utilidad. Por mi vocación sé que cada día en las agencias y editoriales se destrozan cientos de sueños. No quiero que seas uno más de ellos. Buena suerte, y a escribir.

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