A favor de los de mi gremio

Si yo cultivase naranjas y estas, aunque a mí me pareciesen estupendas, no quisiese comprármelas ningún frutero (ninguno) para su tienda, ¿qué significaría esto? ¿Que mis naranjas realmente no son tan buenas como yo creía o que los fruteros son todos unos malvados que me quieren destrozar la vida?

Me parece que la respuesta está clara: el problema aquí serían las naranjas que yo cultivo. Sin embargo, la respuesta no está tan clara si cambiamos las naranjas por libros. Un autor presenta su libro a todas las editoriales habidas y por haber que publican en su idioma, y si estas no lo quieren publicar... ¡A agarrarse que vienen curvas! ¡A soltar insultos e improperios!

Señores míos, los editores viven de los libros. Si tras leer un libro consideran que no se puede vender porque no va a tener público, porque no está bien escrito, porque el tema es irrelevante... esto no significa que quieran arruinar los sueños del autor. ¡Si ni siquiera lo conocen! Simplemente significa que invertirían dinero en un proyecto que no merecería la pena. Y ese dinero sería una pérdida. Y como buenos empresarios, ¿de verdad se piensan ustedes que van a apostar al caballo perdedor y a jugarse sus ganancias y su prestigio?

¿Por qué no se dan cuenta de una vez de que están en el mismo bando? Unos quieren vender y otros también. Si los unos escriben y los otros no editan... Fail. Si los otros editan chapuzas de los unos para "no herir los sentimientos y egos" de los otros... Fail.

Un editor sabe perfectamente lo que es ser autor de un libro. ¿Saben los autores lo que significa ser editor?
Antes de criticar el trabajo ajeno, mejor informarse primero.


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