Reflexiones de una joven-adulta



Sea porque estreno los 27, sea porque llevo un año y pico sin un trabajo estable, el caso es que me ha dado por pensar un poco.

Recuerdo que a los 14 años tenía ganas de ser mayor: no tenía edad de muñecas, pero tampoco de bares o discotecas. No hacía lo primero y tenía unas ganas locas de descubrir lo segundo.

Mi madre siempre me decía que no tuviese prisa en crecer, que disfrutase de cada etapa de la vida, porque solo se tenían 14, 15, 16… una vez.

A los 18 me moría por empezar la universidad, seguía teniendo prisa. Fue una época maravillosa: podía ir y venir (casi) a donde quisiera, conocía a gente nueva (casi) constantemente, aprendía cosas nuevas (casi) cada día…

Con 22 lo que quería era acabar los estudios de una vez, ponerme a trabajar, ser independiente económicamente hablando para multiplicar el número de experiencias alucinantes que había vivido hasta entonces. Si con 18 estaba genial alquilar una casa rural con los amigos, en ese momento se me quedaba pequeño y quería ver mundo, salir al extranjero.

Cumplidos los 24 acabé los estudios. A los 25 tuve mi primer trabajo (no hay sensación más satisfactoria que recibir tu primera nómina). A los 26 me quedé en paro.

Y ahora, a los 27, me pregunto si también está mal que siga teniendo prisa por vivir…

No quiero adelantarme a mi edad como pretendía en la adolescencia, nada más lejos. De hecho, creo que pido lo justo: trabajar. Y viajar, salir, visitar lugares nuevos, poder ir a bodas, no temer por el pago del alquiler… En definitiva, experimentar lo que me corresponde. 

A cuenta de la inestabilidad económica, llevo la misma vida que cuando tenía 14 años: quiero y no puedo. Esto significa que me voy a perder cosas, que “me voy a retrasar a mi edad”, que voy a dejar de hacer lo que sea que corresponda a esta etapa de la vida.

Tengo edad para muchas cosas, pero no tengo dinero para ninguna de ellas.

Y pensar que existen millones de personas en esta misma situación, en este país, no me consuela para nada.

¿Quién me va a devolver el tiempo perdido?


Entradas populares de este blog

Tetas, tetas, tetas

Vivir en el infierno, o tener de vecinos a Homer Simpson y señora

Carta a una excompañera