Hollywood y la mitología, o cómo descojonar la cultura clásica
Dicen que el
primer paso para resolver un problema es reconocer que se tiene ese problema.
Pues bien, yo tengo uno: me encanta torturarme con las súper producciones “hollywoodienses”
que versan sobre mitos y leyendas. Más concretamente, las que se inspiran en la
mitología o la historia greco-romana.
Cada vez que a
ellos les da por sacar una nueva película de corte mítico-legendario a mí me da
por verla e, ingenuamente, me siento ante la pantalla esperando divertirme y
regocijarme… Y al final lo que acabo haciendo es echarme las manos a la cabeza
y gritar a la imagen “¡Eso está mal! ¡Eso no es así! ¡Bueno, bueno, bueno…!
¡Pero qué m*erda…!”. Y me enfado. Y me indigno.
¿Tanto trabajo
les cuesta pedir asesoramiento? ¿Tanto coger un libro?
Quieren hacer
películas épicas y, para conseguirlo, agarran las tijeras, recortan aquí y
allí, donde les parece y sin prestar atención, y ofrecen al público truños
infumables.
La historia,
la mitología, por el tipo de fuentes, pueden ser bastante duras de asimilar
para mucha gente (para mí misma, a veces) por la forma en la que están escritas
y porque hace falta sumar muchos conocimientos previos para comprenderla de
forma íntegra. Rodar una película sobre este tipo de temas puede ayudar a las
personas a acercarse de una forma más amena y entretenida a ellas… Pero lo que
los productores y guionistas de Hollywood están consiguiendo es que, si antes
la gente no tenía ni idea de historia o mitología, ahora tenga menos y que lo poco
que aprende sea totalmente erróneo.
La cagaron con
Troya (que por lo visto se resolvió
en unos cuantos días en vez de en diez años, entre otras cagadas varias), Alejandro Magno (que al parecer estaba perturbado y tenía una relación de lo
más insana con su madre), Furia e Ira de
Titanes (quienes, no contentos con el
bestiario típico griego, necesitaron del Kraken… ¡Del Kraken!)… Y ahora lo han
hecho con Hércules y, sin miedo a
equivocarme porque de momento no la he visto, con Pompeya.
¿De verdad se
piensan que estos relatos centenarios, algunos milenarios, mejoran con sus
retoques? ¿De verdad?
¿Historias que
continúan vivas sin perder un ápice de interés a lo largo de los siglos van a
pasar a estar mejor contadas por ellos que por, no sé, Homero? ¿De verdad lo
piensan?
Si el producto
final que van a presentar al público se parece tanto a la fuente como un huevo
a una castaña, ¿no sería mejor que directamente se inventasen todo y dejasen a
los héroes tranquilos?
¡Ojalá Zeus
les parta con un rayo!