¡Que los libros son caros?
Los
libros son caros. Eso dice la mayoría de la gente. Que los libros son caros y
que cuando quieren uno se tienen que rasgar el bolsillo o, directamente, pasan
de comprarlo.
Bueno,
a pesar de que me lluevan las críticas por todas partes, mi teoría es que
quienes dicen que los libros son caros son, precisamente, los que menos leen.
Los
libros son caros, porque valen 21, 30 o 50€. Pero los smartphone cuestan más que eso y no lo son. Tampoco las copas en
los bares. Por lo visto, a nadie le duele pagar 8€ por un ron con cola.
Los
libros son caros, pero duran toda la vida. Se pueden leer y compartir, y leer y
leer y leer… Pero los smartphone
duran un par de años y luego dejan de funcionar… Y ya. Y las copas se beben y…
Y ya.
Los
libros son caros, pero hay bibliotecas públicas. (Y cuando comentas esto se
hace el silencio.)
Los
que dicen que los libros son caros, y se quejan y se quejan, no piensan nunca
en las bibliotecas. Allí te los prestan gratis.
Si no
piensan en las bibliotecas es que no las utilizan, y si los libros les parecen
caros y por eso no los compran, entonces no los tienen. Y si no los tienen no
los leen. Ergo, no leen.
Las personas que protestan porque los libros son
caros son las que van a las librerías a buscar el último bestseller en “tapa dura”. Si de verdad leyesen les daría igual el
libro y la tapa. Porque lo que quieren es leer, no ir a la moda y que los demás
lo sepan.
Si de
verdad lees, el año de publicación del libro te importa un carajo (y la
cubierta, por supuesto, también). Y el precio más aún, porque en lugar de
buscar solamente el último bestseller
en “tapa dura”, también buscas otras cosas: la Colección Austral (2,95€, 6,95€,
7,95€, 8,95€…), libros de Anagrama (5,50€, 6,65€, 10€, 13€…), de Debolsillo
(7,54€, 9,45€, 9,95€…), de Seix Barral, de Planeta, de Minotauro, de Gigamesh,
de Edebé, de Pirueta, de Letra Clara, de El Acantilado…
Y si
de verdad lees, y aún así te parecen caros, pues eso, tienes un carnet de la
biblioteca y aquí paz y después gloria.