Si vas a estar al móvil, mejor no quedamos para tomar café



Un título muy largo, sí. Pero resume perfectamente todo lo que voy a decir a continuación.

Fin de semana, WhatsApp suena: <<¿Quedamos para tomar unas cañas? (Carita sonriente, carita sonriente)>>. Respuesta: <<En tal sitio a tal hora (Pulgar hacia arriba, carita sonriente)>>.

Te personas en el bar (porque solemos quedar en un bar), te peleas por un sitio, te peleas por pedir, te peleas por volver a sentarte. Llega el amigo con el que has quedado, os saludáis y…

Tap, tap, tap. Click, click, click. Sonido irritante. Sonido irritante. Tap, tap, tap. Click, click, clik…

Pregunta: <<¿Qué tal la semana?>>. Respuesta: <<¿Eh? ¿Qué? Bien… (Tap, tap, tap. Click, clik, click. Sonido irritante, sonido irritante)>>.

Lo dicho: si quedas conmigo para tomar un café, deja el p*to telefonito en casa. Y si lo que quieres es chatear por WhasApp, no me hagas salir de mi casa, que desde el sofá de mi salón se escribe mejor.

¿Hola? ¿Estamos tontos? ¿Muy tontos? ¿Nos hemos vuelto subnormales?

Hay situaciones que comprendo: que se esté esperando una llamada importante, que suene el teléfono cuando no se espera… Bien, se echa un vistazo a la pantalla, se determina la importancia del mensajito y se sigue a lo que se estaba para no faltar al respeto a las personas que nos acompañan. Porque ¿qué se supone que estás contando por mensajitos? ¿Lo bien que te lo estás pasando tomando un café?

Mentira. Mentira.

Lo más cojonudo de todo esto, es que si tienes las narices de increpar al maleducado de turno que te tiene en espera y desesperando, ¡el intransigente eres tú!

¿Perdona?

¿Para qué queremos quedar con amigos si nos dedicamos a hablar con otros durante la quedada? Haber quedado con los amigos con los que “whatsappeas” y así estarías en el sitio que querías estar con quien querías hablar y te ahorras el esguince de nudillos… Y el bofetón en toda la cara que te estás ganando por impresentable.

Yo he tomado una determinación contundente: si quedo con alguien y me encuentro a los cinco minutos mirando al infinito porque prefieren consultar sus mensajes, sus facebus, sus tuiters, sus tres-cojones-me-importa, sus caramelos-saga o vídeos superdivertidos en internet, me levanto y me voy.

Sabed desde aquí que si algún día os dejo plantados en la calle, es por esto. No necesitaréis más explicaciones.

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