¿Qué ha sido de la lengua de Cervantes?
Ey,
¿qué pasa? Iba a escribir un post distinto, pero se me ha ido la pinza escuchando
a la agonías
de mi amiga contar lo que le pasó el otro día cuando quiso entrarle a un pavo. Os lo
cuento, ¿vale?
¡Una liada
que flipas!
El
tío que le gusta, que, además de ser un yogurín, es un poco gamba, está to cíclalo
y tiene un buga tuneado
que te cagas. Ella está rayadísima porque cuando le ve se pone toa
nerviosa… Que tampoco sé muy bien por qué, porque el pavo este va de sobrao
y por eso nunca pilla
cacho… No se le va a levantar nadie...
A mí
no me mola
un pelo que esté
detrás de él porque me han dicho que a las cuatro tías con las que
ha estado les ha puesto los tochos
y luego ha ido contando trolas por ahí, vamos, que es un boca chancla,
y aunque esta sea una brasas, es amiga y no quiero que la chulee
nadie, pero bueno…
El
caso es que el sábado se fue de fiestuki con su prima, que ha estado de
relaciones públicas en la mitad de los bares del barrio y ahora se saca las copas
por la
patilla… Se agarran unos pedos cuando salen juntas, que no me extraña
que se
canteen en tos los bares… Y que al final echen toa la papa… Que fue lo
que le pasó, que echó
las rabas en medio del garito
delante del tío este, y to dios se echó unas risas a cuenta suya…
Ahora
dice que no va a conseguir echar un polvo con él en la vida… Yo le he
dicho que no
se raye, que seguro que el chico este estaba to mamao
(por no decir to ciego,
que le gusta más la nieve que a los esquimales, que siempre va puesto hasta las
patas) y ni se acuerda de lo que pasó.
Pero
ella, dale duro. Que me tiene loca a mí. Es verdad que está chunga la cosa, porque
seguro que alguien ha subido fotos al Facebook, pero bueno, estaré al loro
para que ella no las vea.
El
verdadero problema que tiene es que no se cosca de que no tiene que hacer nada. En
vez de entrar en los garitos partiendo la pana para que todo el mundo la
mire, lo que tendría que hacer es salir de marcha sin más, perrear un poco por aquí y echarse unos
bailes por allá en vez de cocerse como un piojo para que se le quite la vergüenza…
Que lo que da vergüenza son las moñas que se coge.
Le he
dicho que no es malo no tener un churri, que esas cosas no se buscan, se
encuentran. Y que lo que mola de verdad es hacer amigos. Como me pasó a mí, que
un día sin más salí a dar un rulo por ahí con unos colegas
y conocí a un tío de puta madre por casualidad en un local que estaba petado.
Nos estuvimos vacilando
un rato: el me apodó “la friki” porque le dije que me gustaban las pelis
de ciencia-ficción, y yo le dije que era un bocas porque fardaba de lo bien que se le
daba el FIFA, y le dije que cuando quisiera, le pulía para que viese que no era
tan crack.
Al
principio me pareció un pringao, porque se le notaba mazo
que le molaba
uno de mis amigos y no sabía cómo disimularlo. Vamos, que hizo un poco el notas,
pero al final salió bien: yo gané un colega y mi amigo, un chorbo.
He
intentado explicarle a mi amiga que no se pueden forzar las cosas y que si a un
tío no le gustas, por más que le des la brasa, no va a cambiar nada. Que con
esa actitud va
de culo.
Aunque
no me hace caso…
De
momento, y para evitar más marrones, el próximo sábado saldré yo con ella
y la llevaré a otros sitios que no sean los típicos bares de bakalas,
que parece que allí están tos empanaos. Eso sí, ya le he dicho que a mí no
me invitan a copas, así que lo de pagar, a pachas, que no se columpie que no estoy yo
para regalarle la priva a nadie.
No
voy a mentir, la pobre está de bajón, pero en cuanto le ayude a maquearse
se le pasa. Y si no, la suelto dos yoyas… Por moñas. Que lo que no se puede hoy día es
llorar por un tío, ¡venga ya!