¿Digital o papel? He ahí la cuestión
A la gente le
encanta discutir, da igual el motivo, lo importante es estar en un bando y
rebatir los argumentos del contrario, posicionarse en un lado de forma radical
e ir a muerte con esos principios.
A veces creo
que las cosas no son opuestas, sino que somos nosotros mismos los que hacemos
su existencia incompatible.
Para hacer una
prueba, escoged un tema al azar, dad una opinión radical y al instante surgirán
cientos de personas, con argumentos igual de radicales, dispuestas a haceros
papilla por no pensar como lo hacen ellas.
Últimamente,
esta actitud, la veo mucho en el mundo de las letras con respecto a los libros:
o digital o papel. Y no hay término medio. ¡Qué cosa más tonta, por el amor de
Dios!
Los extremos
nunca son buenos. Nunca. En ningún caso, circunstancia o situación, para ninguna
ideología, credo o premisa. Los radicales, defiendan lo que defiendan, siempre
acaban mal y demostrando que no tienen razón de ser, porque la vida está hecha
de términos medios.
Respecto a
esta discusión en concreto, la del libro, la gente se comporta como si le fuese
la vida en ello. A los editores, puede, ¿pero al resto? ¿Qué sentido tiene que
los lectores discutan sobre los continentes de los libros? En algún momento, se
les ha olvidado que lo importante es leer.
A mí,
personalmente, me importa un pito el tema. Igual que con todo lo demás, usaré
lo que necesite, cuando lo necesite y porque quiera. Tanto si es el uno como si
es el otro, al final, el resultado habrá de ser que disfrute y aprenda con lo
que lea, ¿no?
Que se
esfuercen Amazon y Apple en hacer marketing para que sus lectores de e-books se
compren más, y que se esfuercen las editoriales tradicionales en prestigiar al
libro en papel si creen que es necesario, ¿pero nosotros, los consumidores?
¡No! Gastemos el tiempo en discutir y hablar sobre lo que de verdad importa: si
el contenido es o no bueno, y en recomendar historias apasionantes y autores
desconocidos.
Resulta que
estamos de acuerdo con poder elegir entre modelos, marcas, colores, formatos,
tamaños y olores de cualquier producto,
salvo en el caso de los libros… De juzgado de guardia.
Leed. Da igual
donde. Solo leed.