Érase una vez... Un juego que escondía más de lo que parecía

Gracias a unas amigas, he descubierto hace poco el juego de mesa Érase una vez. Sé que me sumo tarde a la moda y que, probablemente, hay cientos de personas que ya han expresado su opinión sobre este curioso juego. No obstante, como me ha fascinado tanto, siento la necesidad de compartir mis opiniones.

Y mi opinión es que sabemos hablar pero no comunicarnos. Nos dicen que una de las mayores lacras que arrastramos los españoles es no dominar los idiomas. Y es cierto, empezando por el nuestro.

Se nos notan las carencias: dudamos, nos atascamos, utilizamos mal los tiempos verbales, empleamos incorrectamente cientos de palabras... Y eso es solo en el ámbito doméstico y para el día a día.
En las grandes ocasiones, cuando acudimos a una entrevista de trabajo o, por contra, cuando hablamos con nuestro jefe o con un cliente, en la consulta del médico, en las asesorías del tipo que sean, con el fontanero o con el que nos pone el ADSL... directamente nos atascamos.

Los "eh...uhmm..." inician las frases, las median y, a veces, hasta las concluyen. La palabra cosa es nuestro comodín favorito y nos saca de apuros tanto si hablamos de un inhalador para el asma como si lo hacemos sobre un broche de seguridad en una prenda de ropa.

Ahora que los juegos están tan de moda (se usan en terapias hospitalarias y geriátricas, sus características se implantan en la administración de empresas, sirven para ejercitar la memoria, etc.) me pregunto si no sería buena idea recomendar este en particular a todos aquellos que quieren demostrar a través de sus palabras sus grandes ideas.

Los creadores destacan que fomenta la creatividad y la imaginación, pero también estimula otros muchos aspectos. Como la finalidad del juego consiste en contar una historia a partir de unas palabras clave, los participantes se ven obligados a:
  • entender una serie de términos,
  • expresarlos correctamente,
  • crear oraciones con pleno sentido coherentes y consisas,
  • escuchar a sus contrincantes para detectar errores en el uso de los términos y corregirlos,
  • seguir el transcurso lógico de una narración en la que se ven obligados a participar
  • y todo esto, obviamente, de cara a un público (el resto de los jugadores). 
Pues eso, que fomenta la buena comunicación. Aprendes y mejoras sin enterarte, simplemente partiéndote de risa con tus amigos. Ojalá lo hubiesemos tenido en mis tiempos de estudiante...

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