Libros que decepcionan

Estoy convencida de que a todos los que os guste leer os habrá pasado alguna vez que, después de enfrascaros como locos en la lectura de un libro, al llegar al final, os habéis quedado con un palmo de narices. ¡Qué sensación tan frustrante!

Eso es lo que me ha pasado a mí hace un momento. Tras quince días de dedicación plena a conocer qué le ocurrió al reino mítico de Broken, resulta que lo que comenzó como una novela interesantísima, acaba convirtiéndose en un estrepitoso chasco en apenas cien páginas.

Pocas veces en mi vida me he topado con un texto que me haya atraído en tantos sentidos. No solo me estaba apasionando la historia en sí misma, sino que, además, esta escondía una serie de comentarios, datos y nociones que satisfacían mis gustos como filóloga.

Con unas sutiles pinceladas, el autor supo entreverar nombres, acontecimientos históricos, civilizaciones, religiones, dioses... para que el lector, al ir avanzando, fuera descubriéndolos por sí mismo. Dicho de otra forma: ¡te hacía sentir súper culto! ¿A quién no puede gustarle eso?

Sin embargo, tras avanzar un final estrepitoso y apoteósico durante seiscientas páginas, uno se topa con una realidad muy distinta cuando alcanza la meta. Y por si fuera poco, una narración magistral, que llega a jugar con estilos cinematográficos, se convierte, sin previo aviso, en una ametralladora que escupe sin orden ni concierto el desenlace; como si el autor se hubiese aburrido de su propio libro al llegar al final y hubiese querido desembarazarse de él lo antes posible...

¿Alguna recomendación que me quite el agridulce sabor de boca?

Entradas populares de este blog

Tetas, tetas, tetas

Vivir en el infierno, o tener de vecinos a Homer Simpson y señora

Carta a una excompañera