Si yo fuese un hombre, y no una mujer...



A veces, sin yo quererlo se me viene a la mente un pensamiento: ¿Qué se sentiría siendo un hombre?

No es una idea que se me ocurra por querer experimentar esas supuestas ventajas añadidas que ellos consideran que tienen como, por ejemplo, mear de pie, sino por descubrir las maravillas que oculta el cromosoma Y, ese que, al parecer, genera cuerpos perfectos.

Imaginaos, amigas, que un día os levantáis con pene. Después del susto inicial (al comprobar que os estáis rascando la huevada en lugar de frotándoos los ojos), descubriríais que ante vosotras se abre un inmenso mundo de salud y bienestar… ¡que nosotras jamás conoceremos!

Porque, para empezar, si fueseis hombres, jamás se os pondrían los ojos rojos:



Ni tampoco os saldrían calenturas o herpes labiales:


No tendríais las manos secas como los pescadores noruegos:


Ni durezas en los pies como una bailaora de flamenco:


No tendríais ni idea de lo que son los callos:


Ni las ampollas:


Por supuesto, no tendríais que limaros asperezas en los talones:


¡Y qué decir de los hongos! Serían algo impensable:


Nunca habríais de preocuparos por tener un tránsito intestinal lento: “¿Estreñi… qué?”.



O por sufrir apretones a deshora:


Vuestro peso siempre sería el adecuado:



Y no tendríais que tomar alpiste para tener un culo fetén:


Las cañerías os funcionarían a pedir de boca:


Vuestras conversaciones con los amigos versarían sobre temas más interesantes que la eficacia de los quitamanchas:


E incluso los viajeros del tiempo vendrían a hablaros de cosas con más fundamento que la lejía:


Nadie mediría vuestra fuerza por la potencia del detergente que utilizaseis...


Bueno, vale, puede que de vez en cuando os acatarraseis. Pero podríais optar por no tomar la medicina, y así no ir a comer a casa de la suegra…


…para pasaros el día haciendo ñapas en casita:


O, quién sabe, dándoos duchas estupendas con productos genialérrimos que aumentarían vuestro sexapil hasta niveles estratosféricos:


Incluso aunque esos productos los necesitéis para eliminar la caspa:


¡Y nada de preocuparse por la disfunción eréctil! Porque, incluso, entonces, las que sufrirían serían vuestras mujeres:


Se mire por donde se mire es un chollo. Me da igual que lo veáis con el ojo izquierdo, que con el derecho, que con el del culo… Sí, sí, con el del culo también, porque si fueseis hombres, sabríais siempre lo que es sentir “un gran alivio”.


¿Dónde hay que firmar?

Entradas populares de este blog

Tetas, tetas, tetas

Vivir en el infierno, o tener de vecinos a Homer Simpson y señora

Carta a una excompañera