¡El latín y el griego no valen para nada!
Me he
encontrado este artículo http://www.lavozlibre.com/noticias/ampliar/897184/el-latin-y-el-griego-no-deberian-estudiarse-en-los-institutos
en la red y me ha dado por ponerme a divagar, que es lo que yo suelo hacer
cuando tengo algo de tiempo libre y artículos como este me tocan las
declinaciones…
Y me
ha dado por pensar que, ciertamente, quienes opinan que el latín y el griego no
tienen cabida en nuestros institutos, porque de nada sirven en nuestro mundo
actual, tienen sus razones para pensarlo… ¿No?
Quiero decir que nadie
viaja ya a Roma para ver el Coliseo, el Foro, las catacumbas, las Termas de
Caracalla, el Mercado de Trajano, la Domus Aurea o el Panteón de Agripa, así
por decir algo; ni va tampoco hasta Grecia para visitar la Acrópolis con su
Partenón, el Templo de Zeus y el de Hefesto, todos en Atenas; el Teatro de
Epidauro, el Templo de Poseidón (más conocido en España por ser el “templo del
yogur”, porque salía en los envases de una marca de “danone” que ahora no
recuerdo) en el Cabo Sounion; el Templo de Deméter en Naxos o el Oráculo de
Apolo en Delfos… Ni nadie en su sano juicio visita tampoco los restos que se
han repartido por los museos de todo el mundo, como el British Museum en
Londres…
Si profundizo un poquito más, me doy cuenta de que cuando
necesitan algo, como cuidados médicos (medicus,
-i), el latín y el griego están de
más, porque acuden a su centro de salud (salut,
-utis) para que les vea su doctor (doctor, -oris) y les recete un medicamento (medicamentum, -i). O de
que si la cosa no es muy grave, no se verán envueltos en líos de pruebas como
radiografías (radium; γραφία, de γράφειν) u ortopantomografías (ὀρθο-; παν-; γραφία, de γράφειν), y evitarán visitar a
especialistas como el urólogo (οὖρον-; -λογία),
y podrán dedicarse a otros quehaceres más mundanos como ver el televisor (τῆλε, visor, de videre) o conducir (conducere)
su automóvil (αὐτο; -mobilis), aunque nunca jamás mientras
utilizan su teléfono (τῆλε, ‒φωνος). Ahí, el latín y el griego no
pintan nada.
No puedo, aunque quiera, llevarles la contraria en nada,
porque aunque Pitágoras fuese el padre (pater,
-ris) de las matemáticas (μαθηματικά, de μάθημα) que ellos aplican para llevar al
día su economía (οἶκος, νόμος) doméstica (domestĭcus, de domus), hace mucho que dejó de ser relevante su
existencia…
Nada ([res]
nata) queda (quietare) ya (iam) para lo que (quid)
sea (sum) importante (de importare) conocer (cognoscere) el latín… Que aunque es la lengua madre (mater, -ris) del español, hace años que feneció. Mucho menos aún el griego,
por más que se haya tratado de introducir en las Ciencias, como es el caso de
la Geometría (γεω, μετρία), la Física (φυσικός), la
Arqueología (ἀρχαίος,
-λογία) y demás, porque no quiso
conformarse con las filologías (φιλολογία)
varias.
A nadie le importa si Teseo mató al Minotauro, Perseo a la
Medusa y Heracles al León de Nemea, porque mola mucho más que Spiderman se
enfrente al Duende Verde o que a Batman se la tengan jurada un payaso y un
pingüino…
Y aunque se dice que un tal Aquiles aparece en la Ilíada,
nos gusta mucha más la cara de Brad Pitt en la gran pantalla. Casi tanto como
los abdominales de Leónidas (Gerard Butler) y sus 300, que les favorecen
mogollón cuando van a darse de tortas a las Termópilas a pecho descubierto. Y,
anda, casualidades de la vida, la esposa de Aquiles Pitt, Angelina/Olimpia
Jolie, resultó ser la madre de Colin Farrell, o sea, Alejandro Magno, quiero
decir… Pero da igual.
¿Y las risas que nos echamos con Benny Hill o Pajares y
Esteso? Ellos sí que fueron originales, ¿verdad? Nada que ver con lo que dejó
escrito Plauto…
No importa que todo cuanto sabemos ahora estuvo una vez
redactado en latín o en griego, porque se ha traducido y ampliado. Esa etapa
está más que superada.
Es verdad, me doy por vencida: no se necesitan ni el latín
ni el griego. Y he de darles la razón a quienes me han hecho (facere) caer (cadere) del burro, incluso aunque quienes lo digan, juren haber
estudiado Filosofía (φιλοσοφία), término que, curiosamente proviene del griego (porque se dice que lo
inventó uno: Pitágoras, ese que he mencionado más arriba) y que significa justamente lo que él no tiene...
En fin. Puedo ya dejar de desvariar y buscarme otros hobbies que no requieran llevar la
contraria. ¿Ir al teatro (θέατρον)? ¿A
la hípica (ἱππικός)? ¿Al cine (κίνημα, -ατος)? ¿Leer un libro (liber, libri), quizás?
Hmm… Esto va a llevarme bastante tiempo…