¿Carta de rechazo o patada en la dignidad?
Odio las respuestas estandarizadas que dan las empresas a los candidatos descartados en los procesos de selección. Entiendo que somos muchos los que buscamos empleo, también que ellas no pueden perder su valioso tiempo redactando cartas personalizadas, pero no comprendo por qué, en su afán por “quedar bien”, destruyen aún más la moral de aquellos que han sido rechazados. Quien se presenta a un proceso de selección ya sabe que corre el riesgo de que otro candidato se quede con el puesto vacante en lugar de él mismo, por tanto, no considero necesario que en la misiva de rechazo aparezcan expresiones tales como: “aunque su currículum es muy bueno/impresionante, hemos decidido seleccionar a otra persona”. Discúlpenme, pero dan ganas de perder los buenos modales y responder al encargado del e-mail: “si tan bueno/impresionante es mi currículum, contráteme a mí y no al otro, ¿por qué ha decido escoger al mediocre en lugar de al impresionante?”. No sé qué pensará el resto ...